Algunos llaman a estos métodos “juegos de valentía”; y realmente lo son, siempre y cuando tengas miedo del “más allá”. Además, se conoce que en alguno de estos juegos ha habido víctimas y se han prohibido en Japón, como el Hyakumonogatari, el terrorífico juego japonés de las 100 velas, o el juego de Daruma, un entretenimiento nipón al que no te atreverás a jugar.
El juego o prueba de valor japonés que os traemos hoy, muy relacionado con los espíritus o fantasmas, se llama Hitori Kakurenbo, y también es conocido como “el juego de las escondidas a solas”. Si bien jugar al escondite solo puede ser un poco aburrido, con esta solución este problema se arreglará… aunque tal vez prefiráis, después de leer esto, jugar realmente a solas o, directamente, leer un manga.
Básicamente, el Hitori Kakurenbo es un ritual para convocar y conectar con los espíritus o fantasmas. Estos entes que pueblan la tierra, aunque no puedan ser vistos la mayoría de veces, siempre están buscando un cuerpo que poseer. Este ritual invocará a uno de estos espíritus, ofreciéndole un cuerpo que poseer, pero en vez de ser un cuerpo humano, será el de un peluche.
Lo primero que tendrás que hacer es escoger uno de tus peluches. Es imprescindible que tenga extremidades para poder realizar bien la invocación. Ábrelo con un cuchillo y quítale el relleno. Tendrás que rellenar con arroz todo el peluche. Córtate las uñas e introdúcelas también. Otras versiones aseguran que se debe poner algo de sangre también. Cosed el muñeco con un hilo rojo y una vez realizada esta acción, atad el peluche con el resto del hilo. Una vez termines, llena una tina de agua o la bañera, y vierte una taza de sal. Ponle nombre al peluche, pero es importante que no sea el tuyo.
A las 3 de la madrugada, repite el nombre del muñeco 3 veces y, a continuación, di: “es mi turno“. Ahora pon el muñeco en la tina o en la bañera con el agua salada. Apaga todas las luces de tu casa, aunque se puede tener una luz tenue, como una vela. Una vez realizado esto, ve a la tina, agarra el muñeco y di “te encontré (su nombre)“. Apuñala al muñeco con un objeto que pueda perforarlo, normalmente un cuchillo. Se recomienda hacerlo con un lápiz, luego entenderéis por qué…
Es el momento de esconderse, y no dejar de moverse, pues las uñas y la sangre que hay en el interior del muñeco crea un nexo contigo. El muñeco si te encuentra y te pilla, te apuñalará con el mismo objeto con el que tú lo apuñalaste a él. Para terminar el juego, existen varias versiones, las cuales no pensamos comprobar… La primera de ellas es meterse en la boca una pizca de la sal con la que salaste la tina o la bañera, y repetir 3 veces, “yo gano“, y siempre que el muñeco no te haya lastimado.
La segunda de ellas no tiene en cuenta si el muñeco te ha encontrado o no, tendrás que tomar una taza y echar agua y sal, de la misma que utilizaste para la tina o la bañera, y “beber” media taza de agua salada. En realidad no has de beberla, tan solo métela en la boca y aguántala. Busca al muñeco, que puede estar por toda la casa; una vez lo encuentres vacía el resto del agua salada sobre él y también escúpele el agua que tienes en la boca, y repite 3 veces “yo gano“. Esto pondrá fin al ritual. Seca al muñeco, quémalo y deshazte de sus restos. Hagas lo que hagas, no pares este ritual a la mitad. ¿Te atreves a jugar a las escondidas a solas?
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